Hace ya
varias semanas que no escuchamos sus trompeteos, sin embargo aún resuenan los
ecos de su presencia invernal, cuando todos los rincones de este sector
extremeño eran participes de sus algaradas y campeos. No obstante todas no se
fueron de nuestra tierra, por un motivo o por otro algunas quedaron aquí, unas
pocas por cuestiones desconocidas aún deambulan mudas por estos campos, pollos
de año seguramente extraviados, sin rumbo por haber perdido su nexo de unión
con los grupos en ruta migratoria, también algunos adultos con el plumaje ya
bastante desgastado que tal vez no se sintieron con fuerzas para realizar su
último viaje, excepcionalmente alguna llegara a ver la próxima arribada, la
gran mayoría dejaran sus vidas en nuestra tierra según transcurra el tiempo.
Otras se han quedado aquí para siempre, como el caso que vamos a referir, su patria de nacimiento fue el departamento de Västmanland, situado en el
centro de Suecia, a no mucha distancia de la capital Estocolmo, total 2.400 kilómetros
de distancia al lugar donde termino su vida: el canal de las Dehesas, lugar
donde el pasado martes la encontraron agentes del Medio Natural de la zona, y
donde por las condiciones físicas de los restos debería llevar bastantes días.
No han
sido pocas las grullas que estos mismos agentes han tenido que sacar del
mencionado canal, la diferencia con el resto, es que esta por estar anillada
tenía una historia reseñable a sus espaldas, historia extrapolable a la de
otras aves que dejaron su vida en esta herida en el paisaje que son los 88 kilómetros
de canal principal y alrededor de 30 de ramales secundarios que atraviesan la
Zona Centro.
En julio
de 2007 fue anillada cerca de la localidad de Aspviken, en el anteriormente
mencionado departamento sueco, y su vida paso entre migración y migración, que
a fin de cuentas, cada uno de esos viajes marca una etapa y una aventura en sus
vidas. La vimos por primera vez en enero de 2012, no muy lejos del lugar donde
se encontraron sus restos, en una dehesa próxima a Casas de Don Pedro.
A
mediados de diciembre del pasado año, tuve nuevamente un encuentro con ella,
esta vez cerca de la localidad de Madrigalejo, en unos rastrojos de cereal en
secano, pude hacer la foto en la cual podemos ver los colores de sus anillas,
con un rojo en la parte superior de su pata izquierda desteñido, característico
de la decoloración que sufre la anilla metálica que colocan de aquel modo en
Suecia. Ese día estaba acompañada de su pareja, y no verifique presencia de
pollos a su cargo.
Desde
aquel momento seguramente no transcurrió mucho tiempo hasta que dejo su vida en
el canal, probablemente engañada por la sugestiva apariencia de una masa de
agua similar a una gran laguna donde descansar o alimentarse, cuya profundidad
y corriente finalmente se transformaron en una trampa mortal.
Desafortunadamente no se trata de algo infrecuente, y no son pocos las grullas
que pierden su vida en el canal, más aún desde que muchos de los tramos se han
revestido con una capa de plástico rígido para evitar escapes de agua y que acentúan
su infranqueabilidad.
Otras
muchas especies sufren este verdadero sumidero de vida: mamíferos, anfibios,
reptiles y aves sucumben a lo largo de casi todo el año en el canal, especies
todas ellas merecedoras de ser protegidas del pozo negro que supone semejante
obra que jamás pensó en ellos. Entre otras de la categoría de cigüeñas negras,
avutardas, búhos reales, algunas especies de rapaces, y que cotidianamente
merman poblaciones de zorros, liebres, tejones, erizos, galápagos o meloncillos. Todo ello de manera
impune, como algo asumible y sin mayor importancia; los gestores de nuestro medio ambiente deben
tomar cartas en el asunto y buscar soluciones que impidan esta verdadera
masacre de nuestra fauna.
A ver si es verdad y lo arreglan
ResponderEliminarsaludos
Ojala y alguna vez se pongan a trabajar para resolverlo.
EliminarSaludos
La verdad es que deberían tomarse medidas ya, es algo que se conoce hace tiempo, ¿A que espera la Consejería de Agricultura para arreglarlo?.
ResponderEliminarLos efectos de este problema se conocen hace la friolera de 25-30 años que tiene de vida el canal de las Dehesas, y otros canales de la zona el doble de tiempo. Interés en arreglarlo creo que nunca hubo.
EliminarSaludos
Como bien dices es una triste historia, pero te debemos dar las gracias por hacerla pública, uno de los enemigos que tienen la Damas grises es el silencio. Silenciar estas historias distorsiona la realidad. No me cansaré de darte las gracias por la labor que haces por nuestras amigas.
ResponderEliminarPaloma.
Estimada Paloma, el tema de la mortandad de fauna en los canales de esta zona (y supongo de toda la región), es algo consabido. Este año al igual que el anterior hemos constatado una notable mortandad de grullas en el mismo, la corriente las arrastra y de vez en cuando ves una descontrolada intentando salir de esa trampa, resultando una imagen desconsoladora. Tampoco es raro encontrar los restos de muchos animales en las compuertas donde el agua se retiene, zorros, liebres, erizos, también animales domésticos como ovejas y perros; el problema de los escapes de agua lo han subsanado con una tela plastificada que aumenta el efecto trampa por no poder los animales ni intentar gatear. Resumiendo, el efecto colateral de la fauna ahogada es asumible mientras no pierdan su negocio vendiendo agua.
EliminarSaludos.