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viernes, 28 de diciembre de 2012

Presencia de Aguilucho papialbo en la Zona Centro


  El pasado miércoles día 26, la mañana se presentaba poco propicia para observar aves, con una niebla especialmente espesa y persistente, que no auguraba encuentros de magnitud. Particularmente, me gustan este tipo de días, en los cuales parece que se acentúa la soledad de estos parajes y se hace más patente la comunión con su riqueza natural, nada más espectacular que miles de grullas surgiendo de la nada que parece esconder la niebla, una caja de sorpresas bajo su manto.
 En el momento que la niebla comenzó a elevarse, mezclando bancos neblinosos con sectores ya aclarados,  cuando el día se transforma con la brisa de media mañana, pude realizar las fotografías que aparecen en la presente entrada,  de un ave que prácticamente  surgió de las brumas. Nada más y nada menos, se trata de un macho adulto de Aguilucho papialbo (Circus macrourus); el ave fue observada en las inmediaciones de la localidad de Acedera (Badajoz) a mediodía, cuando volaba a baja altura rastreando una zona mixta de cultivos de cereal de secano con áreas de regadío, ribeteadas de frutales y olivares intensivos.


  La observación fue de apenas un par de minutos, pues a lo quebrado del terreno se sumaban muchos obstáculos visuales y las condiciones de visibilidad- luz por todo lo expuesto bastante malas, pero después del encuentro hace aproximadamente un año con la Grulla canadiense (Grus canadensis), sin llevar la cámara, en esta ocasión si la llevaba preparada y al cargo de ella estaba mi hijo Miguel.


  Aunque también tengo que reconocer que el pasado 6 de este mes, me pareció observar probablemente esta misma ave en una cercana zona cuando me encontraba paseando a media tarde, motivo por el cual estaba predispuesto al encuentro.
  El tamaño del ave, muy similar a sus parientes Aguilucho cenizo (Circus pygargus) y Aguilucho pálido (Circus cyaneus), las principales características diferenciales:   lo primero que me llama la atención es el aspecto tan claro del ave, un gris casi blanquecino y las estrechas "cuñas" negras en extremos alares, así como un obispillo muy poco marcado (quizás por el poco contraste con el resto del cuerpo), aspectos diferentes al pálido, no infrecuente en la zona en esta época. También se observa claramente, el ala más estrecha que en el pálido, con solo cuatro "dedos".


  Hasta el momento existen dos observaciones de la especie en Extremadura, ambas de machos adultos y ambas en la provincia de Badajoz, aunque a diferencia de la presente se trataba de aves en paso migratorio, tratándose este posible caso de un claro ejemplar invernante, cuestión que ya se observa en alguna zona del sur de España (La Janda- Cádiz).  

miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡¡¡Récord de grullas en la Zona Centro!!!




   El pasado fin de semana, y como continuidad a la realización de censos mensuales en áreas de alimentación de grulla, que venimos realizando desde la invernada anterior en la Zona Centro de Extremadura; una vez repartidas las zonas, y efectuado las labores de transecto y conteo, han dado como resultado la cantidad de 61.225 grullas...¡¡¡todo un récord desde que se vienen efectuando censos de la especie en la región!!!.
  La cifra mencionada, es muy superior a la obtenida durante el censo realizado por SEO-Birdlife en Diciembre de 2007, con 39.000 grullas; posteriores censos en la Zona Centro por parte de los mismos coordinadores del presente, dan cifras de 35.000 en Diciembre de 2010 y 26.346 en el mismo mes de 2011.
  El área recorrida cubre la práctica totalidad de la denominada Zona Centro de Extremadura, que en sentido horizontal recorre al norte de la provincia de Badajoz entre las localidades de Casas de D. Pedro y Santa Amalia, coincidiendo en buena parte con la comarca de las Vegas Altas, llegando hacia el norte cerca de la localidad cacereña de Logrosán; combinando principalmente cultivos de regadío, principalmente arroz, maíz y tomate, con áreas adehesadas y algunos cultivos en secano, sobre todo  en su sector oriental.  Más de 100.000 hectáreas de terreno, principalmente llano y con una buena red de caminos para la realización de este tipo de censos.
  Acompañados de una magnifica climatología para tal cometido, en ausencia de nieblas y calimas, se puede resaltar dentro de los resultados obtenidos, las grandes concentraciones constatadas en 5 puntos de la zona que superaron cada una de ellas las 5.000 grullas, y en algún caso, en número superior a las 15.000.
  El sector oriental, entre las localidades de Casas de D. Pedro y Guadalperales, fue censado por cuatro equipos de trabajo, con un resultado de 35.697, destacando el triangulo conformado por Obando, y las localidades de Acedera y Madrigalejo (Cáceres), con cifras superiores a las 15.000 grullas, así como la finca de Casahitos y su inmediato entorno, que a pesar de la reciente construcción de las termosolares conserva una notable importancia para la especie con cantidades superiores a las 5.000.



  El sector occidental, entre las localidades de Guadalperales, y Santa Amalia, fue recorrido por 3 equipos de trabajo, controlando 25.528 grullas; este sector que de año en año va tomando mayor importancia para la especie, contabilizo tres puntos con cantidades superiores a las 5.000 grullas:  Yelbes, Valdehornillos y sur de Miajadas.
  El equipo de censos estuvo formado por José Antonio Román, Fernando Yuste, José Ángel Sánchez, Antonio Torrijos Pardo, Fernando Salas, Emilio Peña Morales, José Luis Ciudad y Manuel Gómez Calzado. Agradeciendo especialmente su participación a los amigos maños.


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Importancia de los arrozales


 Si existe un aprovechamiento agrícola en la Zona Centro de Extremadura especialmente importante para las grullas en el momento presente, este sin duda es el arroz; este cultivo a marcado la pauta de la especie en la zona los últimos años, cambiando aspectos fundamentales no solo ligados a su dieta, también a su uso como dormideros y áreas de reposo, siendo en parte responsable del notable aumento demográfico de la especie en la zona.



  No hace muchos años, era impresionante ver aquellas cordadas de grullas que en rojizos atardeceres atravesaban las dehesas del entorno de la carretera N-430 dirigiéndose a numerosos y nutridos dormideros en las colas y ancones del embalse de Orellana, en ocasiones a no pocos kilómetros. En el momento presente, la ruta entre los comederos y dormideros es cada vez más corta, casi se solapan, se limitan en buena medida a rastrojos de arrozal y maizal para acabar en alguna lamina de agua de notable tamaño en arrozal fangueado o la cola de alguno de los pequeños embalses que ribetean la zona.
  El grano caído previo a la siega, así como el arroz que se pierde durante la recolección resulta un manjar exquisito para estas aves, y además frecuentemente sazonado con la captura de algún anfibio o Cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), premio que con especial rapacería tratan de robarse entre ellas como si de un tesoro se tratase.



  Aunque es un aprovechamiento bastante constante en el transcurrir de toda la invernada, tiene especial relevancia en los primeros compases de su estancia entre nosotros. A principios del presente milenio suponían en noviembre cifras entorno al 40%, con cantidades similares sobre los rastrojos de maíz. En la presente temporada el porcentaje se ha disparado al 70%, quedando relegado el maíz, en parte, por ser cada vez un cultivo con menor superficie, sustituido por tomate, frutales, olivar intensivo y en no pocas ocasiones por mas arroces.
 La principal ventaja en el uso de estas rastrojeras de arroz por parte de las grullas deriva en que estas no tienen ningún aprovechamiento humano una vez recogido el grano, por consiguiente el daño de las aves sobre ellos es nulo, más bien todo lo contrario pues limpian los arrozales de los dañinos cangrejos convirtiéndose en un colaborador indirecto para los agricultores que tanto las detestan. El uso masivo de estos cultivos implicaría una menor presión de las grullas sobre aquellos otros en los que realmente hacen daño: siembras de cereal en secano, montaneras y leguminosas.
 Lejos de aprovecharse de estas circunstancias, la gran mayoría de agricultores, casi siempre por desconocimiento pero también por comodidad, eliminan estos rastrojos mediante fangueados muy prematuros (muchos de ellos antes de la llegada de las primeras grullas), o arando los de maíz, dejando a las aves como única salida el recurso de hacer daño en otros aprovechamientos, incluso de su misma propiedad.
  Hace pocos días un agricultor conocido, me comento junto a su parcela, de buenas maneras, como las grullas habían entrado en su arrozal, aún sin segar, y le habían "segado" a su modo algunas hectáreas. Como extrañamente se avino a dialogar, le dije, mira a tu alrededor, en aquel preciso momento, otro agricultor vecino estaba quemando sus rastrojos de arroz a no mucha distancia, y mirando por todos los aledaños  se podía constatar una lamina de agua derivada de muchos cientos de hectáreas de arrozal fangueado...ahí tienes la respuesta, si tuviesen la comida en esos terrenos ya segados probablemente no hubiesen entrado en tu siembra.



  Sin duda es labor urgente de la Administración, y también de todos nosotros los que queremos las grullas, explicar estos conceptos y posibilidades para no echar a las "damas grises" toda la culpa de esta situación. No tenemos demasiadas herramientas para mejorar esta situación, las que tenemos, como el retraso o escalonamiento en los fangueados, hay que usarlas.
  N.T.: para todos aquellos que a lo largo de los últimos días y en previsión de vuestra visita al festival de grullas el próximo 1 de diciembre, me habéis preguntado sobre si hay muchas...podéis contar las de las fotos para daros una idea, las hice esta semana.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Primeros compases de la invernada



Pinta bien, los otoños lluviosos (y este de momento lo parece), resultan más propicios para las grullas: encuentran mayores y mejores laminas de agua para descansar y dormir, muchos recursos no pueden ser usados sino por ellas debido a la inaccesibilidad de los mismos y el campo soporta mucha menos presión humana  por diversos motivos  como pueda ser el mal tiempo en sí o la impracticabilidad de muchos caminos. Si acaso, la gran cantidad de agua esta influyendo negativamente en el exceso de fangueados tempranos, aunque esta práctica cada vez viene a ser más usada en muchas fincas de la zona, llueva o no.


Se hicieron esperar, observándose las primeras a mediados de octubre, en muy baja cantidad; posteriormente en el entorno del 25 del mismo mes y coincidiendo con una ola de frio en el centro de Europa, además de vientos favorables, comenzaron a llegar buenas cantidades de grullas, hasta más de 18.000 en la Zona Centro de Extremadura  a finales de octubre. En los últimos días el número ha aumentado bastante, y sin duda, el patrón de uso del suelo, ya tiene el aspecto típico de la invernada, con grupos familiares instalados en puntos concretos, y  grandes concentraciones que deambulan y se estabilizan donde existen importantes recursos, y las dejan. Coincide todo esto con un cierto retraso en la siega del arroz y maíz, que esta siendo masivamente cosechado en los periodos interlluvias, y con una montanera bastante buena, como muestra la imagen, que poco a poco va madurando y tapizando el suelo de las dehesas de un rico manto de bellotas.


La lista de grullas anilladas observadas a día de hoy, contiene interesantes observaciones, con algunos reencuentros que se hacen ya bastante habituales, controles de aves muy norteñas: norte de Suecia, Noruega y Finlandia. Y también citas más frecuentes de lo que viene siendo habitual, correspondientes a jóvenes de año, y esto a pesar que según comentarios la reproducción de las grullas no fue muy buena la pasada primavera-verano. En la imagen se puede observar un joven finlandés, probablemente una de las zona más norteña de Europa de la que proceden las grullas que podemos ver en Extremadura.


Ayer, también tuve la suerte de asistir a un  festín de carroñeras desde el inicio del mismo, momento en el que aparecieron abundantes, urracas,  cuervos y algún milano real, para poco más tarde acudir un gran número de buitres leonados (más de cien) y 5-6 buitres negros, que descendían raudos a la carroña a pesar de mi cercana presencia, tal debe ser su hambre, y para muestra el buitre negro fotografiado que sobrevoló el coche.  Poco protocolarios, los abundantes leonados se apiñaban sobre los restos de la oveja, al más puro estilo de las melés del rugby, intentando meter el pico por cualquier hueco, en un amasijo de cuerpos emplumados que desde fuera parecía una montaña de plumas. En poco más de media hora dieron cuenta del cadáver, y lentamente se fueron dispersando por los alrededores para descansar de semejante ajetreo y realizar la digestión, todo un espectáculo al más puro estilo de la esencia extremeña,  y con fondo de grullas.




miércoles, 17 de octubre de 2012

El regreso de las damas grises. Primeras llegadas 2012




  Con cierto retraso respecto al año anterior, el pasado lunes observe en unos rastrojos de arroz mis primeras grullas de la invernada 2012-13, se trataba de cuatro ejemplares adultos que se limitaban a descansar, picoteando de vez en cuando el alimento surgido de la reciente recolección; sorprendente que en todo el tiempo que permanecieron en el lugar y en los posteriores vuelos parecían mudas, ningún trompeteo las delataba, y la verdad, después de tanto tiempo me hubiese agradado escucharlas.

  Al día siguiente regrese al mismo punto, en el que continuaban los cuatro individuos,  en esta ocasión cuando alzaron vuelo, si emitieron al aire algún corto trompeteo. Apenas audible con el notable ajetreo que se producía en la zona, debido al trasiego constante de tractores, cosechadoras y demás maquinaria agrícola que se afanan en sacar provecho a maizales y arrozales de los alrededores, bien condimentado con un sinfín de cañones de carburo que le sobresaltan a uno en los sitios más insospechados.

  En el momento presente, las grullas se encuentran en pleno periplo migratorio, nada menos que 100.000 están en Alemania, principalmente en la zona de Rügen; unas 8.000 en Suecia (Hornborga y Kvismaren), 1.400 en Francia (la mayoría en la zona norte, Lac du Der-Chantecoq, y unas pocas al sur, en Arjuzanx), y ya dentro de España 10 en Gallocanta; de todas ellas un buen porcentaje acabaran invernando en Extremadura.

  En la ruta Oriental al menos 50.000 en Hungría, algunas de ellas igualmente pasaran por Extremadura, tras atravesar el Mediterráneo y el norte de África entrando por Andalucía en algún momento de la invernada. La mayoría de estas acabaran en Sudán, Egipto, Israel.

  Y que se encontraran aquí?, no es mal año de bellotas a pesar de la sequia, otra cosa es que en la Zona Centro ya es difícil encontrar un encinar sano, las escasas zonas interesantes para cobijar grullas están fuertemente "custodiadas" para que su fruto acabe en las fauces del ganado, y por si fuera poco se está imponiendo la moda de sembrar olivares y frutales intensivos en las dehesas, entre las encinas, burlando el paso burocrático de pedir permiso para arrancarlas, pero haciendo inservible esa montanera para las grullas, y en muchos casos condenando a las encinas a una muerte segura.

  Las miles de hectáreas de maizal y arrozal, tampoco son ninguna garantía para las grullas, cada vez son más los arrozales fangueados, muchos de ellos antes de que una sola grulla ponga sus patas en ellos; en los maizales cada vez más se aprovechan las rastrojeras a diente por las ovejas. De las siembras de cereal en secano, ni hablar, todo es una parafernalia de carburos, cintas brillantes al viento y coches vigilantes con sus bocinas bien preparadas.

  Las colas de los embalses, bien provistas de pescadores y paseantes, para no dejar descansar a las aves en sus dormideros. Todo ello sin mencionar, tendidos eléctricos, actividades industriales y un aprovechamiento cinegético excesivo que incluye hasta el ultimo centímetro de campo.

  Lo peor de todo es que la mayoría de estos aprovechamientos, tienen legitimo sentido para sus propietarios, más aún en los tiempos que corren.

  El resultado puede ser que en los próximos años asistamos a una redistribución de las grullas a nivel europeo y extremeño; la última palabra la tendrán las propias grullas, cuyo instinto definirá su status en cada uno de los sitios donde invernan y los futuribles, que seguro aparecerán. Finalmente me viene a la memoria una conversación con el recientemente fallecido y maestro de grulleros Göran Lundin, en la cual resaltaba que las grullas al final estarán donde verdaderamente se las quiera y estime.    

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Abubillas



    A lo largo de los meses veraniegos, es costumbre y necesidad, en muchos ganaderos de esta zona complementar la escasa comida de las ovejas que conserva el campo (rastrojeras y pasto seco), además de con abundantes piensos compuestos, con camiones de fruta que en forma económica les proporcionan las cooperativas frutícolas del entorno.
 En principio, y cuando la fruta conserva algo de jugosidad obviamente es aprovechada por las ovejas, convirtiéndose posteriormente en un amasijo de fruta seca aparentemente sin vida que  guarda en su interior un recurso improvisado para algunas especies de aves que tan escasas de ellos andan a estas alturas del año: un mana de gusanos de la fruta, que entre otros insectos sobreviven en aquellos restos.
 Chorlitejos chicos, Rabilargos, Cogujadas, Lavanderas blancas, Estorninos negros..., entre otras son algunas de las especies beneficiadas por tal situación; algo que venía constatando hace ya varios veranos al visitar la Dehesa comunal de mi pueblo.
  Lo que realmente me sorprendió hace pocos días fue el volumen tan importante de Abubillas que se alimentaban de los mencionados gusanos, sumando en algunos momentos alrededor de 80 individuos, agrupación que con anterioridad no había visto ni tenía referencias con esta especie. Realmente curioso ver tantos ejemplares enfrascados juntos en tan ardua tarea.



 Ya ubicado en el lugar me sorprende la gran querencia de las aves, pues apenas se alejan unos metros ante la presencia del coche, decido parar un momento y no tardan en regresar situándose a escasos metros de mí, permitiéndome disfrutar de sus técnicas de alimentación.
 En el caso de las Abubillas, observo cómo tras rastrear con sus picos la inmundicia de la superficie a menudo  se sientan sobre los tarsos de sus patas;  este rastreo con notable frecuencia acaba con el éxito de conseguir con la punta de su pico el pertinente gusano y a continuación en un acto de malabarismo lanzarlo hacia arriba y con notable precisión engullirlo con facilidad superando de esta forma los centímetros que separan la punta del pico de su boca.


 Todo un ejercicio de maestría en el uso de sus herramientas físicas y todo un espectáculo el ofrecido por estas bonitas aves que en su sencillez y cercanía a veces ignoramos dejando de lado. 


miércoles, 11 de julio de 2012

La ruina de los aguiluchos



   Hace pocos días, se presento en nuestra labor de ayuda a los aguiluchos, la oportunidad de tomar la imagen que da pie a esta entrada, y que representaba una alegoría totalmente descriptiva de la situación que han vivido los aguiluchos cenizos y el resto de aves esteparias la pasada primavera, una realidad bastante próxima a lo que indica la palabra "ruina" y que en forma de vieja casa derrumbada sustentaba tan magníficos jóvenes de cenizo.
  La mayor sequía invernal de los últimos 70 años, con unas siembras casi inexistentes, marchitadas prematuramente, unos pastizales que eran poco menos que explanadas carentes de vegetación, ofrecían un espectáculo poco gratificante a los aguiluchos en su llegada a nuestras tierras. Las lluvias de primavera, demasiado tardías para buena parte de los cultivos de cereal, cuando menos trajeron frescor y un aumento de cobertura que invitaba, fuera de tiempo y sin garantías de éxito, a iniciar sus labores reproductivas en algunas avenas.
  El resto es fácilmente imaginable: falta de alimento en los campos, altas temperaturas en mayo y una terrible ola de calor a finales de junio, todo ello condimentado con un aprovechamiento hasta el límite de los recursos por parte de ganaderos y agricultores; un nivel de predación brutal,  con verdaderas oleadas de Milanos negros y Cigüeñas blancas "pastoreando" pastizales y siembras, un notable aumento en las dehesas circundantes de la población de Águila calzada...en resumidas cuentas, la ley de la naturaleza en su máxima expresión, los duros campos de la Siberia y la Serena mostrando su rostro menos bucólico,  a fin de cuentas la lucha por la vida es lo que toca en las especies salvajes.
  Pocos jóvenes aguiluchos llegaran este año procedentes de nuestras tierras a sus zonas de invernada, pero seguramente los que consigan hacerlo,  lo harán con un plus de resistencia al haber superado la dura prueba de salir adelante en condiciones tan adversas. Igual o peor situación han vivido los Sisones, cuyos machos buscaban cualquier resquicio,  pequeña mancha de vegetación para lucir sus galas nupciales, como se puede ver en la otra imagen, donde aparece un bonito macho en mitad de una repoblación forestal.


  Entre las pocas sorpresas agradables que nos han deparado los llanos y siembras esta pasada primavera, destaca la localización de una pareja de Aguilucho pálido reproduciéndose en un campo de avena, y por fortuna sacando adelante dos jóvenes de esta especie, la más escasa de los tres aguiluchos que se reproducen en Extremadura, y que paradojas de la naturaleza compartía territorio con una cercana pareja de laguneros y otra de cenizos.

  Me alejo de la vieja ruina, en el suave atardecer rojizo que apaga cada día los llanos esteparios próximos al embalse de Orellana, acompañado de una orquesta de Chicharras persistentes  reflexionando sobre la mala situación que atraviesa nuestra avifauna esteparia, las vicisitudes naturales que sufren con mayor rigor que otras, y encima de todo ello el poco interés que despierta la necesidad de su conservación; ¡tal vez el año que viene pinte mejor...!

                             

martes, 13 de marzo de 2012

Observación de grullas anilladas. Invernada 2011-2012. Manuel Gómez Calzado y José Antonio Román Álvarez

El seguimiento de grullas anilladas la pasada invernada ha dado como resultado un total de 232 controles correspondientes a 125 grullas diferentes. De todas ellas, tan solo 14 eran jóvenes de año, mayoritariamente alemanes (8).

La distribución por países de procedencia fue la siguiente:




De las 111 grullas adultas y subadultas observadas la presente temporada, 44 (40%) fueron controladas en invernadas precedentes. El ejemplar alemán con Azul largo en la tibia izquierda y Am-N-V en tibia derecha, con alrededor de 13 años fue el individuo con mayor edad conocida de los observados en esta temporada, encontrándose emparejado pero ya sin descendencia, se adjunta fotografía.


Por núcleos de invernada, y en primera observación, su reparto fue el siguiente:

-Zona Centro, núcleo Navalvillar de Pela…………….…………………………47 grullas diferentes

-Zona Centro, núcleo Embalse de Orellana……………………………………. 4 grullas diferentes

-Zona Centro, núcleo Valdehornillos……………………….…………………….55 grullas diferentes

-Alange, núcleo de Guareña-Palomas…………………………………….……… 8 grullas diferentes

-Azuaga, núcleo de Higuera de Llerena………………………………………….. 8 grullas diferentes

-Badajoz Norte, núcleo de Esparragalejo…………………….………………... 3 grullas diferentes



Los movimientos constatados entre los diferentes núcleos de invernada, indican básicamente una gran estabilidad en sus poblaciones, con escasos movimientos entre los 3 núcleos visitados de la Zona Centro, mucho mayor entre los núcleos de Navalvillar de Pela con Embalse de Orellana, donde 5 aves que iniciaron la invernada en el primero, posteriormente y en el periodo central se establecieron en el segundo. Paradójicamente entre Navalvillar de Pela y Valdehornillos, apenas se constata trasvase de un solo ejemplar anillado y también de la Grulla canadiense que es observada en ambos núcleos mayores.

Analizada la información de la pasada invernada con datos previos, se observa que no pocas aves anilladas que en años precedentes pasaban el invierno en el núcleo de Navalvillar de Pela, últimamente vienen siendo controladas en el núcleo Valdehornillos; coincidiendo con una mejor conservación del hábitat de alimentación en el mismo.


Colaboradores: Anabel Moreno Fernández, Antonio Torrijos, Felipe Rosado, Fernando Yuste Ruíz, Víctor Manuel Quintana, Ángel Nubla Vicuña y Miguel Gómez Guarín.

martes, 28 de febrero de 2012

Tiempo de despedidas




Atravesaban el cielo ruidosamente, algunos grupos de manera directa, otros cicleaban constantemente, tomando mayor altitud para un tiempo después dirigirse decididamente hacia las sierras de las Villuercas; esto ocurría hasta el mediodía, a partir de ese momento algunos de esos grupos se decidían aterrizar en los campos de la zona, tal vez posponiendo su decisión de iniciar el primer asalto de importancia a la ruta migratoria del viaje prenupcial, para el día siguiente.

Año tras año, se repite la misma pauta por estas fechas, no creo que haya en Europa ninguna especie alada con un paso tan pronunciado y llamativo, algo similar pasa con el Ánsar común pero este ultimo quizá más prolongado en el tiempo, aunque, eso sí, igualmente de ruidosos y vocingleros.

Unos días, a lo sumo alguna semana, y todo quedara vacio de grullas hasta el próximo otoño. Como todas las invernadas con sus claroscuros, aunque la pauta más importante quedo marcada por la extremada sequia en todo el periodo, unos campos agostados prematuramente y como remate final, una prolongada ola de frío siberiano, para “achicharrar” definitivamente siembras y pastizales.

Pocos días antes, pasando por el territorio de “Picoroto”, nombre que espontanea y acertadamente le puso uno de mis acompañantes nada más comprobar la deformidad en su pico, volví a verla. Como en las ocasiones anteriores se encontraba alrededor de la misma encina, comiendo sobre todo brotes de cereal, obviamente las ricas bellotas ya estarían agotadas tras una estancia tan prolongada; el grupo estaba compuesto por los seis ejemplares adultos (supongo que los mismos) que a lo largo de todas las visitas visualizamos. “Picoroto” siempre acompañada de su pareja, y no muy lejos de las otras cuatro.

Al parar el coche, y como suele ser habitual, comenzaron a alejarse, elegantemente, dándonos la espalda, la más rezagada y remolona de ellas era precisamente “Picoroto”, que en un último gesto, antes de marcharnos se giro hacia nosotros, permaneciendo un buen rato en esa postura, momento que aproveche para fotografiarla, aquel gesto entrañaba para mí una despedida, pues su mágico viaje de ida estaba a la vuelta de la esquina.

Ojala que cuando vuelvan las grullas, encuentren un paisaje verde y acogedor, ojala que con una buena cosecha de bellotas y abundantes rastrojos de cereal, ojala el paraíso que siempre significo Extremadura para ellas perdure. ¡¡¡Buen viaje amigas!!!.




miércoles, 15 de febrero de 2012

Barbacoa improvisada



Las últimas semanas asistimos a la segunda parte del festival de quemas en la Zona Centro, tras el otoño brutalmente pirómano que sufrimos los pasados meses, y al hilo de un invierno extremadamente seco, se vuelven a reproducir las quemas en cunetas, arroyos, acequias, desagües…, y todo aquello que los agricultores consideren a su libre albedrio digno de sufrir su llama purificadora. Todo ello de manera alevosa y aparentemente descontrolada.

Me vienen a la cabeza la multitud de formas de vida que esta equivocadamente “ancestral” (y digo equivocada porque al contrario de lo que muchos piensan, no fue una labor agrícola que usasen nuestros antepasados por simples razones de sentido común, que ahora necesitaríamos en grandes dosis); anfibios, mamíferos, aves…, todos ellos sufren grandes alteraciones en su forma de vivir, de buscar cobijo y alimento. Y muchos de ellos, por cuestión de imposibilidad en la huida, acabaran pagando con su propia vida.

Los rastrojos de arroz, tampoco se salvan de las quemas mencionadas, y es aquí donde los pasados días asistí a un hecho un tanto insólito para mí, por cuanto nunca lo había visto antes, y que sin duda habla de la capacidad de adaptación de las diferentes especies que habitan nuestros campos.

Mientras ardían los rastrojos, comenzaron a acudir Cigüeñas blancas al campo chamuscado, recalentado y humeante…en llamas; muchas de ellas, que envueltas en humo y esquivando las lenguas de fuego buscaban ansiosamente los abundantes anfibios agonizantes, retostados y sin escapatoria posible, que iban encontrando en buena cantidad, en aquel campo ennegrecido.

Su paso se mostraba rápido y fuerte, evitando con el mismo la entrada de oxigeno entre sus pies y las brasas que llevaría a las consiguientes quemaduras, algo similar a lo que tantas veces hemos visto en televisión con las fiestas de “San Juan” en San Pedro Manrique (Soria), donde personas descalzas atraviesan a pie una lamina de brasas, normalmente cargando a la espalda a otra persona. De vez en cuando ejecutaban cortos vuelos para caer en otro punto del arrozal, y también con no poca frecuencia salían al cercano camino huyendo momentáneamente de las altas temperaturas.

Superar el temor ancestral al fuego de todos los seres vivos, más aún los salvajes, aprovechar el nuevo recurso, ¡supervivencia en estado puro!.

jueves, 9 de febrero de 2012

Techentin



Techentin es una pequeña localidad del norte de Alemania, en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, a mitad de camino entre Berlín y Hamburgo, situada próxima al mar Báltico y Dinamarca; 2.100 kms. de distancia separan la mencionada localidad y la cacereña de Madrigalejo, que es el recorrido habitual de la grulla que aparece en las imagenes tomadas la pasada semana, tibia izquierda Azul-Negro-Azul y tibia derecha Amarillo-Negro-Blanco.

En Techentin, el 21 de junio de 2.004, siendo pollo fue anillado en compañía de su hermano, ambos también equipados con un transmisor de frecuencias. Aquella misma invernada 2.004-2.005 se observaron con mucha asiduidad en arrozales junto a la carretera entre Obando y Guadalupe, siempre acompañadas de sus padres y casi siempre solitarias, conformando un claro grupo familiar territorial en invierno.

A lo largo de casi todas las invernadas entre la fecha de su nacimiento y la actual, ha venido apareciendo fiel a su cita con tierras de la Zona Centro de Extremadura, salvo dos inviernos correspondientes a su tercer y cuarto año, periodo en el que seguramente anduvo seleccionando pareja, permaneciendo ambos años en la misma Alemania y en Francia, en un periodo de madurez que les hace deambular “comparando zonas de invernada”, ante las cuales sin duda la climatología, la variedad de recursos, y la relativa tranquilidad de nuestra región se impondría.

Hace al menos un par de años ya solo ha sido posible controlarla a través de citas visuales tras la pérdida del transmisor que portaba con un arnés a su espalda. Tanto el invierno pasado, como el presente, correspondientes a su sexto y séptimo año de vida, han venido acompañados de sus propios pollos, uno cada año, como se puede ver en la imagen de este año.

Es habitual el regreso de las grullas a las zonas donde pasaron su primer invierno, siguiendo el aprendizaje que adquirieron con sus padres, a veces y sorprendentemente con exactitud precisa, casi milimétrica. Tampoco es inusual que cuando llega su edad reproductora convivan con sus pollos en las zonas que pasaron su primer invierno, enseñando a su prole aquello que un día ellos aprendieron acompañados de sus progenitores.

sábado, 4 de febrero de 2012

Alimentación complementaria



Estos últimos días, realizando mis habituales recorridos de seguimiento a grullas, me estoy encontrando con la imagen que aparece en las fotos, las grullas comiendo en el pienso del ganado vacuno, y además en buen número. Inmediatamente las vi, me llego a la cabeza una frase con doble sentido: “ya están las grullas haciendo amigos”, por un lado una aparentemente disparatada compañía, las vacas, las cuales por cierto no daban mayor importancia a las nuevas comensales de su banquete, ignorando su presencia, y por otro lado, supuse lo entrañable que le parecería al vaquero semejante imagen bucólica.

En anteriores invernadas había visto acercarse grullas, a nivel familiar, a las inmediaciones de alguna cerca con vacas, y supuse que no debía ser algo inusual en su ruta migratoria o tal vez en sus áreas de reproducción. En todo caso, no deja de sorprender la plasticidad de estas aves en cuanto a recursos para subsistir, sin duda una de las claves de su éxito en un continente extremadamente humanizado como el nuestro.

Las grullas ya preparan sus “maletas”, llenan su cuerpo de energía con todo lo que pueda aportársela, igual entran en la montanera más recóndita que en una siembra tardía, apuran las ultimas rastrojeras de maíz y arroz, aprovechando el poco grano que va quedando y los brotes que han ido surgiendo tras la germinación de muchas semillas, revisan los campos recién arados, los rastrojos de arroz quemados, un poco por toda parte. Comenta algún ganadero de la zona, en cierto tono sarcástico, pero no exento de verdad…”mira que gordas y relucientes se las mandamos de vuelta a los países del norte”.

Reservan esa energía para el cercano viaje, febrero es el mes en que muchos de los jóvenes empiezan a independizarse, comienzan a verse al margen de sus progenitores, otros muchos lo harán a lo largo del camino, en Gallocanta donde ya aterrizaran muchos jóvenes independizados (por cierto que allí celebran este fin de semana el “Festival de Grullas”, desde aquí mi más efusiva felicitación), y los pocos que queden tendrán que iniciar su singladura post-familiar antes de la llegada a sus países de origen.

En febrero las grullas están más remolonas para alzar el vuelo ante la presencia humana, como si al momento de tener que marcharse, hubiesen tomado esa confianza que las da los cuatro meses que llevan entre nosotros. La respuesta más plausible a este hecho, es que ahora tienen que ahorrar el máximo de fuerzas para su viaje, acumular con esa “alimentación complementaria” el combustible necesario no solo para el trayecto, sino también para la inmediata aventura de la procreación, que sin mayor pérdida de tiempo iniciaran a la llegada a sus destinos.

martes, 17 de enero de 2012

Lección de supervivencia


El pasado día 6, con una climatología fría y neblinosa, decidí dar una vuelta por un área grullera cercana a la localidad de Casas de Don Pedro, donde el ambiente que vive la especie es típicamente tradicional pues su vida se desarrolla entre dehesas, siembras de cereal en secano y posíos tanto arbolados como desarbolados, algo retirado del ajetreo de los campos de regadío, donde todo puede cambiar de un día para otro.

Acompañado de dos amigos de gallocanta: Felipe y Antonio, y con mi hijo Miguel realizamos fructíferos recorridos, observando las aves en un ambiente relativamente tranquilo, todo ello a pesar de que se trataba del último día de la temporada de caza.

A media jornada decidimos dirigirnos al cercano pueblo para comer, y en un último vistazo antes de salir a la carretera localizamos un grupo de 4 grullas, de las cuales una de ellas portaba anillas alemanas, como se puede ver en la imagen.

Una vez leída la combinación, nos llama poderosamente la atención una clara malformación que manifiesta en el pico, en aquel momento recuerdo al “pájaro loco” de los dibujos animados de hace ya unos añitos. Comento con Felipe las posibles causas de tal defecto, ¿algún tumor? –aunque estos suelen ser más frecuentes en las tibias y la cabeza de las grullas-, ¿algún accidente?, algo congénito? (cosa que posteriormente descarto al leer su historial que no refleja nada al respecto).

Dándole vueltas a la cabeza, finalmente saco la conclusión de que su pico destrozado de esa manera, tiene un claro causante: el hombre. Observando detenidamente se comprueba que la deformación del pico no aparece desde la base del mismo, sino desde unos centímetros por debajo de su nacimiento, encorvándose igual y desde el mismo punto tanto hacia arriba como abajo. Posible causa de semejante barbaridad, un cepo o una ballesta que el ave encuentra en su camino con algún cebo goloso para ella, quizá buscando otra víctima, quizá buscando un castigo ejemplar por su necesidad de comer para sobrevivir.

La persona que lo hizo, tal vez no sabía que el ave tiene 4 años, que procede del área de Brandeburg en Alemania, y que todos los años pasa su invierno en España, tampoco le importara mucho y no le debieron explicar bien en su niñez el respeto por lo que nos rodea. En todo caso ver como esa grulla, a pesar del daño terrible que le infligió, sigue comiendo bellotas, semillas y bulbos, sobreviviendo y disfrutando de nuestra magnifica tierra y sus dehesas, seguro que le daría una lección de lo que es luchar por vivir, de solidaridad con el resto de sus compañeras, cuando vigila para que no nos acerquemos demasiado y de dignidad porque ella no hará ningún daño gratuito a nada ni nadie.

Espero que el futuro me depare más encuentros con ella, no tanto por volver a ver sus anillas sino por comprobar que sobrevivió a una situación tan adversa.

jueves, 12 de enero de 2012

Göran Lundin


El pasado 5 de enero falleció el gran amigo de las grullas y los “grulleros”, Göran Lundin, en su país natal: Suecia.

Dedicado desde muchos años atrás a trabajar con ellas en su país, presidio durante varios años el “Swedish Crane Working Group” (Grupo sueco de trabajo con grullas), presentando en 2.005 el libro “Cranes- Where, When and why?”, magnífica obra que sigue la ruta migratoria europea de las grullas.

Desde mediados de los años 90 tuve la suerte de conocerlo y recorrer invierno tras invierno con él y otros amigos suecos la Zona Centro de Extremadura, tierras que siempre levantaron su admiración. También tuve la fortuna de ver en su compañía y la de Clas Hermansson, a principios de la década 2.000 mis primeros nidos y pollitos de grulla en el entorno del Lago Homborga, así como la migración pre-nupcial que se produce en el mencionado lugar.

Desde aquí quiero rendir homenaje a tan magnífica persona y buen amigo, siempre con su eterna sonrisa, buen talante y pasión por las grullas. Descanse en paz.

miércoles, 4 de enero de 2012

¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!

A primera hora del día de ayer la niebla era espesa, conforme iba transcurriendo la mañana el sol comenzó a disiparla, sus rayos la atravesaban y poco a poco se fue difuminando quedando pequeños bancos que se agarraban con más fuerza en zonas bajas. En este momento que el calorcito va dejando de lado el frío penetrante que imperaba unos instantes antes, encontré en una dehesa cercana a casa estas grullas que parecía o lo más fácil que realmente lo estuvieran, dando la bienvenida al sol. Las pude grabar desde una distancia prudencial, comprobando esa potencia de sus trompeteos que lo inundan todo allí donde pasan el invierno.

Las grullas que en muchos países son símbolo de longevidad, fidelidad y buena suerte. Espero que nos aporten a todos momentos de satisfacción en su observación. También cordura, salud y ánimo para 2.012…¡Feliz año nuevo!.