viernes, 28 de diciembre de 2012
Presencia de Aguilucho papialbo en la Zona Centro
miércoles, 19 de diciembre de 2012
¡¡¡Récord de grullas en la Zona Centro!!!
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Importancia de los arrozales
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Primeros compases de la invernada
miércoles, 17 de octubre de 2012
El regreso de las damas grises. Primeras llegadas 2012
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Abubillas
miércoles, 11 de julio de 2012
La ruina de los aguiluchos
martes, 13 de marzo de 2012
Observación de grullas anilladas. Invernada 2011-2012. Manuel Gómez Calzado y José Antonio Román Álvarez
El seguimiento de grullas anilladas la pasada invernada ha dado como resultado un total de 232 controles correspondientes a 125 grullas diferentes. De todas ellas, tan solo 14 eran jóvenes de año, mayoritariamente alemanes (8).
La distribución por países de procedencia fue la siguiente:
De las 111 grullas adultas y subadultas observadas la presente temporada, 44 (40%) fueron controladas en invernadas precedentes. El ejemplar alemán con Azul largo en la tibia izquierda y Am-N-V en tibia derecha, con alrededor de 13 años fue el individuo con mayor edad conocida de los observados en esta temporada, encontrándose emparejado pero ya sin descendencia, se adjunta fotografía.
Por núcleos de invernada, y en primera observación, su reparto fue el siguiente:
-Zona Centro, núcleo Navalvillar de Pela…………….…………………………47 grullas diferentes
-Zona Centro, núcleo Embalse de Orellana……………………………………. 4 grullas diferentes
-Zona Centro, núcleo Valdehornillos……………………….…………………….55 grullas diferentes
-Alange, núcleo de Guareña-Palomas…………………………………….……… 8 grullas diferentes
-Azuaga, núcleo de Higuera de Llerena………………………………………….. 8 grullas diferentes
-Badajoz Norte, núcleo de Esparragalejo…………………….………………... 3 grullas diferentes
Los movimientos constatados entre los diferentes núcleos de invernada, indican básicamente una gran estabilidad en sus poblaciones, con escasos movimientos entre los 3 núcleos visitados de la Zona Centro, mucho mayor entre los núcleos de Navalvillar de Pela con Embalse de Orellana, donde 5 aves que iniciaron la invernada en el primero, posteriormente y en el periodo central se establecieron en el segundo. Paradójicamente entre Navalvillar de Pela y Valdehornillos, apenas se constata trasvase de un solo ejemplar anillado y también de la Grulla canadiense que es observada en ambos núcleos mayores.
Analizada la información de la pasada invernada con datos previos, se observa que no pocas aves anilladas que en años precedentes pasaban el invierno en el núcleo de Navalvillar de Pela, últimamente vienen siendo controladas en el núcleo Valdehornillos; coincidiendo con una mejor conservación del hábitat de alimentación en el mismo.
Colaboradores: Anabel Moreno Fernández, Antonio Torrijos, Felipe Rosado, Fernando Yuste Ruíz, Víctor Manuel Quintana, Ángel Nubla Vicuña y Miguel Gómez Guarín.
martes, 28 de febrero de 2012
Tiempo de despedidas
Año tras año, se repite la misma pauta por estas fechas, no creo que haya en Europa ninguna especie alada con un paso tan pronunciado y llamativo, algo similar pasa con el Ánsar común pero este ultimo quizá más prolongado en el tiempo, aunque, eso sí, igualmente de ruidosos y vocingleros.
Unos días, a lo sumo alguna semana, y todo quedara vacio de grullas hasta el próximo otoño. Como todas las invernadas con sus claroscuros, aunque la pauta más importante quedo marcada por la extremada sequia en todo el periodo, unos campos agostados prematuramente y como remate final, una prolongada ola de frío siberiano, para “achicharrar” definitivamente siembras y pastizales.
Pocos días antes, pasando por el territorio de “Picoroto”, nombre que espontanea y acertadamente le puso uno de mis acompañantes nada más comprobar la deformidad en su pico, volví a verla. Como en las ocasiones anteriores se encontraba alrededor de la misma encina, comiendo sobre todo brotes de cereal, obviamente las ricas bellotas ya estarían agotadas tras una estancia tan prolongada; el grupo estaba compuesto por los seis ejemplares adultos (supongo que los mismos) que a lo largo de todas las visitas visualizamos. “Picoroto” siempre acompañada de su pareja, y no muy lejos de las otras cuatro.
Al parar el coche, y como suele ser habitual, comenzaron a alejarse, elegantemente, dándonos la espalda, la más rezagada y remolona de ellas era precisamente “Picoroto”, que en un último gesto, antes de marcharnos se giro hacia nosotros, permaneciendo un buen rato en esa postura, momento que aproveche para fotografiarla, aquel gesto entrañaba para mí una despedida, pues su mágico viaje de ida estaba a la vuelta de la esquina.
Ojala que cuando vuelvan las grullas, encuentren un paisaje verde y acogedor, ojala que con una buena cosecha de bellotas y abundantes rastrojos de cereal, ojala el paraíso que siempre significo Extremadura para ellas perdure. ¡¡¡Buen viaje amigas!!!.
miércoles, 15 de febrero de 2012
Barbacoa improvisada
Las últimas semanas asistimos a la segunda parte del festival de quemas en la Zona Centro, tras el otoño brutalmente pirómano que sufrimos los pasados meses, y al hilo de un invierno extremadamente seco, se vuelven a reproducir las quemas en cunetas, arroyos, acequias, desagües…, y todo aquello que los agricultores consideren a su libre albedrio digno de sufrir su llama purificadora. Todo ello de manera alevosa y aparentemente descontrolada.
Me vienen a la cabeza la multitud de formas de vida que esta equivocadamente “ancestral” (y digo equivocada porque al contrario de lo que muchos piensan, no fue una labor agrícola que usasen nuestros antepasados por simples razones de sentido común, que ahora necesitaríamos en grandes dosis); anfibios, mamíferos, aves…, todos ellos sufren grandes alteraciones en su forma de vivir, de buscar cobijo y alimento. Y muchos de ellos, por cuestión de imposibilidad en la huida, acabaran pagando con su propia vida.
Los rastrojos de arroz, tampoco se salvan de las quemas mencionadas, y es aquí donde los pasados días asistí a un hecho un tanto insólito para mí, por cuanto nunca lo había visto antes, y que sin duda habla de la capacidad de adaptación de las diferentes especies que habitan nuestros campos.
Mientras ardían los rastrojos, comenzaron a acudir Cigüeñas blancas al campo chamuscado, recalentado y humeante…en llamas; muchas de ellas, que envueltas en humo y esquivando las lenguas de fuego buscaban ansiosamente los abundantes anfibios agonizantes, retostados y sin escapatoria posible, que iban encontrando en buena cantidad, en aquel campo ennegrecido.
Su paso se mostraba rápido y fuerte, evitando con el mismo la entrada de oxigeno entre sus pies y las brasas que llevaría a las consiguientes quemaduras, algo similar a lo que tantas veces hemos visto en televisión con las fiestas de “San Juan” en San Pedro Manrique (Soria), donde personas descalzas atraviesan a pie una lamina de brasas, normalmente cargando a la espalda a otra persona. De vez en cuando ejecutaban cortos vuelos para caer en otro punto del arrozal, y también con no poca frecuencia salían al cercano camino huyendo momentáneamente de las altas temperaturas.
Superar el temor ancestral al fuego de todos los seres vivos, más aún los salvajes, aprovechar el nuevo recurso, ¡supervivencia en estado puro!.
jueves, 9 de febrero de 2012
Techentin
Techentin es una pequeña localidad del norte de Alemania, en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, a mitad de camino entre Berlín y Hamburgo, situada próxima al mar Báltico y Dinamarca; 2.100 kms. de distancia separan la mencionada localidad y la cacereña de Madrigalejo, que es el recorrido habitual de la grulla que aparece en las imagenes tomadas la pasada semana, tibia izquierda Azul-Negro-Azul y tibia derecha Amarillo-Negro-Blanco.
En Techentin, el 21 de junio de 2.004, siendo pollo fue anillado en compañía de su hermano, ambos también equipados con un transmisor de frecuencias. Aquella misma invernada 2.004-2.005 se observaron con mucha asiduidad en arrozales junto a la carretera entre Obando y Guadalupe, siempre acompañadas de sus padres y casi siempre solitarias, conformando un claro grupo familiar territorial en invierno.
A lo largo de casi todas las invernadas entre la fecha de su nacimiento y la actual, ha venido apareciendo fiel a su cita con tierras de la Zona Centro de Extremadura, salvo dos inviernos correspondientes a su tercer y cuarto año, periodo en el que seguramente anduvo seleccionando pareja, permaneciendo ambos años en la misma Alemania y en Francia, en un periodo de madurez que les hace deambular “comparando zonas de invernada”, ante las cuales sin duda la climatología, la variedad de recursos, y la relativa tranquilidad de nuestra región se impondría.
Hace al menos un par de años ya solo ha sido posible controlarla a través de citas visuales tras la pérdida del transmisor que portaba con un arnés a su espalda. Tanto el invierno pasado, como el presente, correspondientes a su sexto y séptimo año de vida, han venido acompañados de sus propios pollos, uno cada año, como se puede ver en la imagen de este año.
Es habitual el regreso de las grullas a las zonas donde pasaron su primer invierno, siguiendo el aprendizaje que adquirieron con sus padres, a veces y sorprendentemente con exactitud precisa, casi milimétrica. Tampoco es inusual que cuando llega su edad reproductora convivan con sus pollos en las zonas que pasaron su primer invierno, enseñando a su prole aquello que un día ellos aprendieron acompañados de sus progenitores.
sábado, 4 de febrero de 2012
Alimentación complementaria
Estos últimos días, realizando mis habituales recorridos de seguimiento a grullas, me estoy encontrando con la imagen que aparece en las fotos, las grullas comiendo en el pienso del ganado vacuno, y además en buen número. Inmediatamente las vi, me llego a la cabeza una frase con doble sentido: “ya están las grullas haciendo amigos”, por un lado una aparentemente disparatada compañía, las vacas, las cuales por cierto no daban mayor importancia a las nuevas comensales de su banquete, ignorando su presencia, y por otro lado, supuse lo entrañable que le parecería al vaquero semejante imagen bucólica.
En anteriores invernadas había visto acercarse grullas, a nivel familiar, a las inmediaciones de alguna cerca con vacas, y supuse que no debía ser algo inusual en su ruta migratoria o tal vez en sus áreas de reproducción. En todo caso, no deja de sorprender la plasticidad de estas aves en cuanto a recursos para subsistir, sin duda una de las claves de su éxito en un continente extremadamente humanizado como el nuestro.
Las grullas ya preparan sus “maletas”, llenan su cuerpo de energía con todo lo que pueda aportársela, igual entran en la montanera más recóndita que en una siembra tardía, apuran las ultimas rastrojeras de maíz y arroz, aprovechando el poco grano que va quedando y los brotes que han ido surgiendo tras la germinación de muchas semillas, revisan los campos recién arados, los rastrojos de arroz quemados, un poco por toda parte. Comenta algún ganadero de la zona, en cierto tono sarcástico, pero no exento de verdad…”mira que gordas y relucientes se las mandamos de vuelta a los países del norte”.
Reservan esa energía para el cercano viaje, febrero es el mes en que muchos de los jóvenes empiezan a independizarse, comienzan a verse al margen de sus progenitores, otros muchos lo harán a lo largo del camino, en Gallocanta donde ya aterrizaran muchos jóvenes independizados (por cierto que allí celebran este fin de semana el “Festival de Grullas”, desde aquí mi más efusiva felicitación), y los pocos que queden tendrán que iniciar su singladura post-familiar antes de la llegada a sus países de origen.
En febrero las grullas están más remolonas para alzar el vuelo ante la presencia humana, como si al momento de tener que marcharse, hubiesen tomado esa confianza que las da los cuatro meses que llevan entre nosotros. La respuesta más plausible a este hecho, es que ahora tienen que ahorrar el máximo de fuerzas para su viaje, acumular con esa “alimentación complementaria” el combustible necesario no solo para el trayecto, sino también para la inmediata aventura de la procreación, que sin mayor pérdida de tiempo iniciaran a la llegada a sus destinos.
martes, 17 de enero de 2012
Lección de supervivencia
El pasado día 6, con una climatología fría y neblinosa, decidí dar una vuelta por un área grullera cercana a la localidad de Casas de Don Pedro, donde el ambiente que vive la especie es típicamente tradicional pues su vida se desarrolla entre dehesas, siembras de cereal en secano y posíos tanto arbolados como desarbolados, algo retirado del ajetreo de los campos de regadío, donde todo puede cambiar de un día para otro.
Acompañado de dos amigos de gallocanta: Felipe y Antonio, y con mi hijo Miguel realizamos fructíferos recorridos, observando las aves en un ambiente relativamente tranquilo, todo ello a pesar de que se trataba del último día de la temporada de caza.
A media jornada decidimos dirigirnos al cercano pueblo para comer, y en un último vistazo antes de salir a la carretera localizamos un grupo de 4 grullas, de las cuales una de ellas portaba anillas alemanas, como se puede ver en la imagen.
Una vez leída la combinación, nos llama poderosamente la atención una clara malformación que manifiesta en el pico, en aquel momento recuerdo al “pájaro loco” de los dibujos animados de hace ya unos añitos. Comento con Felipe las posibles causas de tal defecto, ¿algún tumor? –aunque estos suelen ser más frecuentes en las tibias y la cabeza de las grullas-, ¿algún accidente?, algo congénito? (cosa que posteriormente descarto al leer su historial que no refleja nada al respecto).
Dándole vueltas a la cabeza, finalmente saco la conclusión de que su pico destrozado de esa manera, tiene un claro causante: el hombre. Observando detenidamente se comprueba que la deformación del pico no aparece desde la base del mismo, sino desde unos centímetros por debajo de su nacimiento, encorvándose igual y desde el mismo punto tanto hacia arriba como abajo. Posible causa de semejante barbaridad, un cepo o una ballesta que el ave encuentra en su camino con algún cebo goloso para ella, quizá buscando otra víctima, quizá buscando un castigo ejemplar por su necesidad de comer para sobrevivir.
La persona que lo hizo, tal vez no sabía que el ave tiene 4 años, que procede del área de Brandeburg en Alemania, y que todos los años pasa su invierno en España, tampoco le importara mucho y no le debieron explicar bien en su niñez el respeto por lo que nos rodea. En todo caso ver como esa grulla, a pesar del daño terrible que le infligió, sigue comiendo bellotas, semillas y bulbos, sobreviviendo y disfrutando de nuestra magnifica tierra y sus dehesas, seguro que le daría una lección de lo que es luchar por vivir, de solidaridad con el resto de sus compañeras, cuando vigila para que no nos acerquemos demasiado y de dignidad porque ella no hará ningún daño gratuito a nada ni nadie.
Espero que el futuro me depare más encuentros con ella, no tanto por volver a ver sus anillas sino por comprobar que sobrevivió a una situación tan adversa.
jueves, 12 de enero de 2012
Göran Lundin
El pasado 5 de enero falleció el gran amigo de las grullas y los “grulleros”, Göran Lundin, en su país natal: Suecia.
Dedicado desde muchos años atrás a trabajar con ellas en su país, presidio durante varios años el “Swedish Crane Working Group” (Grupo sueco de trabajo con grullas), presentando en 2.005 el libro “Cranes- Where, When and why?”, magnífica obra que sigue la ruta migratoria europea de las grullas.
Desde mediados de los años 90 tuve la suerte de conocerlo y recorrer invierno tras invierno con él y otros amigos suecos la Zona Centro de Extremadura, tierras que siempre levantaron su admiración. También tuve la fortuna de ver en su compañía y la de Clas Hermansson, a principios de la década 2.000 mis primeros nidos y pollitos de grulla en el entorno del Lago Homborga, así como la migración pre-nupcial que se produce en el mencionado lugar.
Desde aquí quiero rendir homenaje a tan magnífica persona y buen amigo, siempre con su eterna sonrisa, buen talante y pasión por las grullas. Descanse en paz.
miércoles, 4 de enero de 2012
¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!
A primera hora del día de ayer la niebla era espesa, conforme iba transcurriendo la mañana el sol comenzó a disiparla, sus rayos la atravesaban y poco a poco se fue difuminando quedando pequeños bancos que se agarraban con más fuerza en zonas bajas. En este momento que el calorcito va dejando de lado el frío penetrante que imperaba unos instantes antes, encontré en una dehesa cercana a casa estas grullas que parecía o lo más fácil que realmente lo estuvieran, dando la bienvenida al sol. Las pude grabar desde una distancia prudencial, comprobando esa potencia de sus trompeteos que lo inundan todo allí donde pasan el invierno.
Las grullas que en muchos países son símbolo de longevidad, fidelidad y buena suerte. Espero que nos aporten a todos momentos de satisfacción en su observación. También cordura, salud y ánimo para 2.012…¡Feliz año nuevo!.