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lunes, 1 de octubre de 2018

LA NUTRIA (Lutra lutra)


  


  La historia que voy a contar se remonta a febrero de 1996, y ocurrió en la localidad de Orellana la Vieja (Badajoz), a alguien le puede resultar rocambolesca, pero ocurrió tal cual se detalla a continuación:
  Aquel invierno fue especialmente lluvioso, todos los arroyos y desagües del pueblo rezumaban agua y humedad; el embalse de Orellana está situado a las puertas de dicha localidad, y cualquiera sabe los motivos que llevaron  aquel macho de nutria que superaba el metro con veinte centímetros entre el hocico y la punta de la cola, así como alrededor de 10 kilogramos de peso, a adentrarse en el pueblo a través de los albañales de desagüe situados en los corrales.
  En cualquier caso, la primera referencia de este ejemplar, nos la da un señor, cuyos perros la detectan en una leñera de su casa y quizás asustada por los ladridos de los canes, hizo que abandonara ese lugar para adentrarse en una casa vecina, en la cual vivían una pareja de ancianos.
  Buscando el frescor, la humedad, mayor seguridad o quien sabe cual motivación, nuestra protagonista acabo metiéndose en la bañera de la casa de los ancianos. El señor de la casa, debió sentirse en peligro por el animalito, y ni corto ni perezoso tomo la paleta de hierro que habitualmente se usa para remover los braseros de picón, y la propino una brutal paliza a la pobre nutria, dejándola seriamente malherida.

Fotografía: nutria malherida por los golpes.

  Algún conocido de esta familia me aviso de la presencia de este ejemplar, y como delegado en aquel entonces de Adenex, fui a recogerla para trasladarla al Centro de recuperación de fauna que por aquel entonces regentaba dicha asociación. Poco pudieron hacer por ella, pues a los pocos días, tan hermoso ejemplar falleció debido a las heridas sufridas.

Fotografía: nutria de la bañera.

  Sirva esta anécdota como introducción para hablar de mis contactos con tan espectacular especie, que tiene un bastión poblacional importante en la Zona Centro de Extremadura, con lugares emblemáticos como el mencionado embalse, así como los ríos Zújar y Guadiana.
  Este mamífero carnívoro de costumbres semiacuaticas, siempre me llamo la atención; no es una especie fácil de observar por sus hábitos crepusculares y tímidos, suele ser más frecuente encontrar sus acumulaciones de excrementos característicos al lado de los cursos de agua, también sus huellas en los lodazales por donde campea, y desgraciadamente, también por los restos de ejemplares muertos por atropello en diferentes puntos de sus recorridos: nada menos que 12 nutrias muertas por este motivo, he podido constatar en los últimos 25 años, principalmente en primavera, pero también en diciembre y enero, fechas en las que posiblemente la especie sea más vulnerable por cuestión de reproducción y/o cambio de territorios de campeo.

Fotografía: cagarrutero de nutria junto a canal de riego.

  Parece ser que se reproducen en cualquier época del año, particularmente tuve la fortuna de ver grupos familiares a lo largo de la primavera, sobre todo en marzo, aunque en diciembre de 2008 pude ver una pequeña nutria que gritaba insistentemente buscando sus progenitores, en un puente del río Cubilar.
  Sin duda, la proliferación del cangrejo rojo americano en el embalse de Orellana y en casi todos los cursos fluviales de la zona, incluyendo charcas, arroyos, acequias, canales de riego, incluso arrozales, han beneficiado a la especie, y pocos son los puntos adecuados donde no trasiega tan insigne pescadora.


  No rehúye los canales de riego a su paso por zonas densamente pobladas, tampoco embarcaderos y pantalanes, en donde incluso llegan a reproducirse, ni tampoco los puntos de pesca más concurridos, donde sin duda aprovecharan piezas desechadas y aturdidas.

Fotografía: nutria en canal de riego, en plena madrugada.

  En el mapa adjunto del embalse de Orellana, pueden verse marcadas las zonas donde he podido observarla, si añadiésemos los rastros, el punteado rojo sería mucho más homogéneo y casi cubriría toda la superficie de dicho lago artificial, lo cual nos puede dar una idea de su abundancia en la zona.

Mapa con observaciones de nutria a lo largo del Embalse de Orellana.

  Siempre permanecerá en mi retina, otra vieja cita, de hace ya más de un cuarto de siglo; aquella nutria juguetona en los rápidos de la recula del embalse de Orellana, estando en compañía de aquel insigne grullero que fue Göran Lundin. Cuando aquella nutria jugaba a los pies de tres Cigüeñas negras, que curiosas seguían sus cabriolas, en una tarde lejana de invierno soleado, censando grullas, y que nos brindo aquel bonito espectáculo.