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lunes, 5 de febrero de 2018

TIEMPO DE ANILLAS

  La presente invernada viene marcada por una baja cantidad de grullas en la Zona Centro, influenciada parcialmente por la sequia, la mala gestión agrícola de los rastrojos de cara a la especie (quemas, arados, sobrepastoreo…), y sobre todo la brutal transformación del ecosistema, que está llevando a la desaparición de los cuatro recursos fundamentales de la especie: rastrojos de arroz y de maíz, siembras de cereal en secano, y dehesas. Todo ello ante una implantación masiva y sin planificación del olivar intensivo.
  Sectores antaño masivamente ocupados por la especie en esta época, se encuentran casi vacios de grullas: Moheda Alta, Valdepalacios, regadíos de Vegas Altas-Obando, Vega de Zarzalejo, La Rana. Tratando de sacar provecho a la escasa presencia de grullas, he dedicado más tiempo al seguimiento de ejemplares anillados de carácter territorial, que vienen ocupando áreas de campeo bastante acotadas día tras día, al margen de grandes grupos nómadas que este año no encuentran recursos adecuados por aquí.
  El primero de los casos es el macho alemán sobreviviente de su pareja habitual en el área de Madrigalejo, con la cual estuvo muchos años en esta misma parcela de invernada. Muy ligado a un pequeño arrozal  y sus campos circundantes, donde sobrevive a pesar de un tumor importante en la tibia izquierda, probablemente causado por las anillas, y que quizás motive que esta sea su última invernada. En algunas ocasiones lo veo apoyado sobre los tarsos, en un intento de reducir los fuertes dolores que le produce apoyar la pata enferma.

En la foto podemos ver el tumor en su tibia izquierda.
Tarsos apoyados en suelo para descargar peso de su pata.


  Otra familia alemana sitúa su territorio habitual de campeo en una dehesa recóndita y relativamente alejada de núcleos grulleros importantes, la conforman los dos adultos anillados, un joven de año también anillado, y un segundo pollo más veloz y escurridizo que los anilladores, y que pudo escapar del estigma familiar. Ambos adultos fueron anillados como tales y ya emparejados en 2011, desde entonces invariablemente vienen a pasar el invierno a esta zona, alternando años con pollos y otros sin descendencia.


  Los dos casos siguientes son aves lituanas que portan transmisor GPS, el primero de ellos es Ramunas, transmisor a la espalda,  que paso parte del mes de diciembre en las inmediaciones de Vegas Altas, donde permanecía frecuentemente solo y sufría una cojera importante, la anilla metálica se le había subido a mitad del tarso y probablemente soportaba algún tipo de presión por dicho motivo. A principios de enero comienzo a observarlo en una dehesa a 15 kilómetros, donde parece se recupera del problema en su pata, pues en las últimas observaciones camina sin cojear.

Ramunas, solitaria en Vegas Altas.

En la foto se puede ver la anilla metálica en mitad de la pata,

La otra lituana sitúa su área de campeo en una dehesa próxima a la localidad de Casas de D. Pedro, emparejada y dentro de un grupo conformado por unas 15 aves más, se alimenta en los posíos adehesados de un sector muy limitado, con querencias diarias muy definidas. El transmisor lo porta en la pata izquierda, y probablemente sea una de las grullas que más información deriva por medio de su transmisor para toda Europa.






  Estos últimos años se complica la observación de grullas anilladas por las nuevas modalidades de marcaje utilizadas tanto en Polonia, con combinaciones alfanuméricas sobre fondo blanco, de difícil lectura a distancia, y también el uso de un nuevo color en las combinaciones alemanas, el marrón, con la dificultad de verificación en determinadas condiciones de luminosidad, fácilmente confundible con el negro, para muestra, la foto de un ejemplar alemán de los que han pasado por la Zona Centro con marrón en la anilla izquierda y negro en la derecha, para confrontar.

Marrón en anilla izquierda y negro en la derecha, para comparar.