El cultivo de café es característico del Quindío
Motivos familiares me han llevado a
permanecer a lo largo de los últimos meses en Colombia, donde pude disfrutar de
una naturaleza exuberante y una rica avifauna parcialmente nueva para mí, ya
que en 2006 realice mi primer viaje a aquel país y tuve una primera toma de
contacto.
Durante todo este tiempo hemos permanecido en
el Departamento del Quindío, situado en el centro-oeste del país, que con una
extensión de apenas 1.845 Km2 se configura como el de menor tamaño de Colombia.
Su capital es Armenia que por sí sola aglutina la mitad de la población y que
junto a los otros 11 municipios rondan los 550.000 habitantes.
Gallinazos negros (Coragyps atratus), comen de las basuras en la ciudad de Armenia.
Macho de Atrapamoscas pechirojo o liberal (Pyrocephalus rubinus), en posadero.
La actividad agrícola aún mantiene mucha
importancia, siendo su principal producto el café, famoso en todo el mundo y
que en la zona conlleva un modo de vida basado en la cultura cafetera.
Sustentando estas tierras otros muchos cultivos como la yuca, el plátano, el
maíz, fríjoles y numerosas frutas.
Pigua o Caracara cariamarillo (Milvago chimachima) vigilante en inmediaciones de nido.
Bandurria aliblanca (Theristicus caudatus), habitual nidificante en palmeras de gran tamaño.
La temperatura media ronda los 20º, con un
clima tropical y una diversidad enorme de especies vegetales (más de 2.000), en
un paisaje ribeteado de cafetales, plataneras y guaduales -bosques conformados
por cañas enormes similares al bambú-. Como no podía ser de otra manera la
riqueza en biodiversidad es enorme en este pequeño Departamento, especialmente
en cuestión de aves. Teniendo en cuenta que Colombia es el país con mayor
número de especies conocidas de todo el mundo, 1.889 hasta el momento presente,
en los poco más de 1.800 Km2 del Quindío se pueden observar nada menos que 543
especies de pájaros.
Palma de cera (Ceroxylon quindiuense), árbol nacional de Colombia. Valle de Cocora
Destacan entre otras la gran variedad de colibríes
existente en la zona, con posibilidad de observar hasta 9 especies diferentes
en el Jardín Botánico de la localidad de Calarca, y otras muchas a lo largo de
estas tierras, sorprende su vuelo más parecido a un gran insecto que a un ave,
sus cernidos para recabar el polen de las flores, y sus pequeños nidos
revestidos en el exterior con líquenes. También son abundantes los pájaros
carpinteros, como no podía ser menos en un país tan arbolado, sin salir de los
parques urbanos y alrededores de Armenia se constata la presencia de 8-10
especies.
Colibrí collarejo o nuquiblanco (Florisuga mellivora) una de las especies habituales en el Jardín Botánico del Quindio-mariposario de Calarca.
Carpintero pechipunteado (Colaptes punctigola), una de las especies de carpinteros en parques y jardines de la ciudad de Armenia.
Comedero de colibríes en el mariposario de Calarca.
Tucanes, rapaces, martines pescadores,
siriris, loros y periquitos, tángaras, turpiales, eufonías...todo un paraíso
para los aficionados a ver aves; con una ventaja adicional de cara a los
observadores, según mi impresión, pues al no existir la caza como deporte ni la
persecución sistemática de las aves, estas no son tan esquivas a la presencia
humana como desgraciadamente lo son en nuestra Extremadura.
Pareja de Periquitos de anteojos (Forpus conspicillatus) en finca cafetera cerca de la localidad de Montenegro.
Gavilán caminero (Buteo magnirostris), rapaz habitual de las zonas cafeteras.
No solo me sorprendió la excepcional riqueza ornitológica
de aquel país, también y gratamente la sensibilidad existente hacia su
patrimonio natural, el amor de estas gentes a la tierra, a sus bosques autóctonos,
¡que diferencia con el trato dispensado a nuestras encinas, y que muchos de
nuestros labriegos y empresarios quisieran ver borradas de "sus"
tierras!.
Barranquero o barranquillo (Momotus momota) una de las aves emblemáticas del Quindío.
Hola Manolo qué alegria me da tu vuelta. El reportaje me ha quedado fuera de juego. El atrapamoscas rojo, los colibríes y el gavilán caminero me han encnatado. Pero lo que realmente me ha descatalogado del mapa es saber que allí no se "caza por deporte" y que la actitud de las aves es muy distinta que en esta Extramadura de nuestros dolores, donde la caza no solo está en regresión sino que prospera a ritmo vertiginoso.
ResponderEliminarUna de cal y otra de arena, como la vida misma, la alegria de tu vuelta al blog con el testimonio de que en otras tierras hay otras formas de divertirse diferentes a matar pájaros por "deporte".
Hola Paloma, de momento no queda otra que seguir conviviendo con la caza y los cazadores, actividad respetable cuando es responsable con la naturaleza. Aquí cada vez tiene mayor potencial el colectivo de cazadores, sino que se lo pregunten a los pobres meloncillos.
EliminarUna preciosidad de bichos los que hay allí , bonito reportaje
ResponderEliminarGracias Abel, una enorme cantidad de aves y colores permiten disfrutar de aquel bonito país.
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