Techentin es una pequeña localidad del norte de Alemania, en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, a mitad de camino entre Berlín y Hamburgo, situada próxima al mar Báltico y Dinamarca; 2.100 kms. de distancia separan la mencionada localidad y la cacereña de Madrigalejo, que es el recorrido habitual de la grulla que aparece en las imagenes tomadas la pasada semana, tibia izquierda Azul-Negro-Azul y tibia derecha Amarillo-Negro-Blanco.
En Techentin, el 21 de junio de 2.004, siendo pollo fue anillado en compañía de su hermano, ambos también equipados con un transmisor de frecuencias. Aquella misma invernada 2.004-2.005 se observaron con mucha asiduidad en arrozales junto a la carretera entre Obando y Guadalupe, siempre acompañadas de sus padres y casi siempre solitarias, conformando un claro grupo familiar territorial en invierno.
A lo largo de casi todas las invernadas entre la fecha de su nacimiento y la actual, ha venido apareciendo fiel a su cita con tierras de la Zona Centro de Extremadura, salvo dos inviernos correspondientes a su tercer y cuarto año, periodo en el que seguramente anduvo seleccionando pareja, permaneciendo ambos años en la misma Alemania y en Francia, en un periodo de madurez que les hace deambular “comparando zonas de invernada”, ante las cuales sin duda la climatología, la variedad de recursos, y la relativa tranquilidad de nuestra región se impondría.
Hace al menos un par de años ya solo ha sido posible controlarla a través de citas visuales tras la pérdida del transmisor que portaba con un arnés a su espalda. Tanto el invierno pasado, como el presente, correspondientes a su sexto y séptimo año de vida, han venido acompañados de sus propios pollos, uno cada año, como se puede ver en la imagen de este año.
Es habitual el regreso de las grullas a las zonas donde pasaron su primer invierno, siguiendo el aprendizaje que adquirieron con sus padres, a veces y sorprendentemente con exactitud precisa, casi milimétrica. Tampoco es inusual que cuando llega su edad reproductora convivan con sus pollos en las zonas que pasaron su primer invierno, enseñando a su prole aquello que un día ellos aprendieron acompañados de sus progenitores.
Increíble el comportamiento de este ave que cada día me engancha más. Me parece muy interesante el trabajo que desarrollais con el seguimiento y además difundiéndolo para los que no podemos disfrutarlo.
ResponderEliminarMi próxima visita a la tierra será en la FIO, espero que para entonces quede alguna que nos deleite la vista.
Un saludo!!
Qué emocionante leer esta historia Manolo, créeme que he sentido que yo también viajaba con ellas. Mis palabras se quedan cortas para que comprendas lo mucho que significan tus lecciones para mi. Un saludo especialmente respetuoso para tí Manolo.
ResponderEliminarI am so glad i found your site. Fantastic photos - thank you!!
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