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domingo, 26 de enero de 2020

Vallados y grullas, lazo mortal

Grulla localizada por Francis.


 Hace pocos días una grulla quedo accidentada y atrapada entre los alambres de una valla ganadera en un área de invernada habitual  de La Siberia. Gracias a la colaboración del pastor y amigo Francis, que todos los días trabaja con sus ovejas por la zona, pudimos dar aviso al Centro de recuperación de AMUS, que acudió de inmediato a la zona para rescatar el ave.

Liberación de la grulla por AMUS.

  Las grullas son aves muy nerviosas, y cuando quedan atrapadas en esas circunstancias tan adversas se agitan para intentar zafarse de esa lazada accidental, produciéndose innumerables contracturas, erosiones, y en ocasiones sumado al estrés les lleva a la muerte.
  Sin el concurso de Francis y la sensibilización de los colectivos de personas que trabajan en el campo, este tipo de situaciones acaban con la muerte de las grullas, a veces en lenta agonía y otras a manos de diferentes predadores (perros, zorros…).

Grulla atrapada por la lazada y predada (posiblemente por un mastín).

  No es nueva esta situación, y para ello concurren varios factores de difícil solución. Extremadura es una región eminentemente ganadera y son muchos kilómetros de estos vallados los que surcan la región, coincidiendo a menudo con áreas de invernada de la especie. Suelen sufrir estos accidentes ejemplares jóvenes, en sus primeros años de vida, aunque obviamente cualquier individuo puede acabar en estas circunstancias ante una espantada inesperada o situaciones de mala visibilidad, que son habituales en invierno con las frecuentes nieblas.
Joven grulla accidentada en día de niebla.




Llegamos tarde...

  La lazada reflejada en las fotos y dibujos, la he observado en varios casos con grullas, aunque no es la única forma en la que se puede accidentar la especie con alambradas, pues también en alguna ocasión he visto como quedan prendidas de los espinos que surcan sobre todo los alambres altos del vallado.
  Cuando las grullas levantan el vuelo, y tienen la mala suerte de introducir una pata entre los dos alambres finales, con el mismo impulso de vuelo cierran la lazada, quedando atrapadas y presionadas por el lazo, mientras más se agitan y fuerzan por salir del atolladero, más se cierra la lazada, el final es el ya descrito.

Croquis de los alambres donde se accidentaron las grullas.
Croquis de la forma en que introducen la pata, girando los alambres y quedan atrapadas.
Resultado del accidente.

  La solución sería sencilla, si no quedase ningún alambre suelto arriba y si se evitasen los espinos, lo cual evitaría tanto la lazada como los prendimientos, pero supongo que este tipo de consideraciones no se tienen muy en cuenta cuando se resiente la economía, como siempre pierde la naturaleza.