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sábado, 10 de diciembre de 2011

Fangueados: pitanza para unos y escasez para otros.



El fangueado de arrozales es una actividad agrícola que se produce tras la cosecha del cereal, tiene como objeto eliminar malas hierbas, dejar el terreno disgregado para la siguiente siembra y también para enriquecer el suelo con los rastrojos. Beneficia a algunas especies de aves, pues al remover aparecen infinidad de larvas, gusanos y otros pequeños animales de los que se alimentan, siendo un verdadero espectáculo ver cómo tras las aspas de los tractores que remueven el terreno aparecen toda una cohorte de especies aladas tras el mana surgido de tal labor, especies oportunistas como las Gaviotas reidoras y sombrías, las Garcillas bueyeras, Garcetas comunes, Garzas reales, abundantes Cigüeñas blancas acompañadas de Avefrías, Lavanderas blancas…,¡todo un espectáculo ornitológico, que merecería el mismo tratamiento que las grullas, tal vez con un Festival del fangueado o algo similar!.

Tras la labor de fangueo, en terrenos consistentes suele quedar una lamina de agua que en invierno con los aportes de lluvia y la escasa pérdida por evaporación permanece constante en el tiempo, convirtiéndose en un interesante hábitat para diferentes especies de aves, principalmente limícolas, son especialmente interesantes en la Zona Centro de Extremadura las grandes concentraciones de Aguja colinegra, grupos de Cigüeñuelas invernantes, las Avocetas, y diferentes especies de Correlimos, Archibebes o Andarríos.

Estas laminas de agua, en ocasiones de considerable tamaño también constituyen buenos dormideros para las Grullas en la Zona Centro, en algunos momentos de la invernada cuando empiezan a proliferar engloban la dormida de porcentajes elevadísimos de esta especie. Debemos recordar que se trata de una especie migratoria que cuida mucho la balanza energética y no es lo mismo trasladarse 20 o 30 kilómetros a la cola de un embalse que utilizar estos campos fangueados “a la vuelta de la esquina”.

De los diferentes recursos alimenticios que utilizan las Grullas en nuestra tierra, poco son los exentos de implicaciones económicas con aprovechamientos agro ganaderos, y precisamente uno de ellos, quizás el más importante, son los rastrojos de arroz. En el momento que se produce el fangueado, todo el grano sobrante de los rastrojos desaparece enterrado por las aspas del tractor, y en general esta actividad “pitanza para unos” representa una pérdida de recursos alimenticios para las grullas. También el Ánsar común sufre una merma importante de sus recursos por esta actividad, comprobando que fincas que aglutinaban miles de gansos y grullas en momentos previos, tras el fangueado quedan como verdaderos desiertos para estas especies…y por consiguiente una presión de estas sobre recursos menos inocuos, y un mayor rechazo por colectivos de agricultores y ganaderos.

¡Difícil encaje!, o como dice el refrán “nunca llueve a gusto de todos”; tal vez lo más práctico y puesto que tenemos alrededor de 30.000 hectáreas de arrozal es ponerse a trabajar y delimitar zonas con un orden establecido, fanguear menos donde contamos con mayores cantidades de grullas y gansos, y hacerlo en otras zonas donde es menor la presión grullera y tradicionales territorios de campeo para las limícolas. Todo ello combinado en porcentajes adecuados y quizá respaldado con la tan cacareada futura PAC-verde.

El fangueado es una labor importante para los arroceros, aunque también flexible en el espacio y el tiempo, tratándose de una herramienta fundamental para la conservación de especies invernantes en esta zona de Extremadura.

2 comentarios:

  1. Muy interesante entrada Manolo. El fin de semana pasado en el festival de las grullas (en un arrozal cercano) hablábamos de este tema mi amigo Jerónimo Milán y yo. Aunque nunca llueve al gusto de todos no estaría mal hacer lo posible por que todos saliesen beneficiados por el bien de la fauna y de la rica biodiversidad de nuestra querida tierra extremeña. Un abrzo!!

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  2. La solución vendría con la voluntad de la administración de ayudar a los agricultores, porque, éstos motu propio no van a mover ni un dedo por favorecer a las grullas, ellos no ven ningún beneficio en las grullas y sabes, posiblemente mejor que yo, la inquina que le tienen. El agricultor solo ve dinero en sus tierras por tanto, sólo con dinero aceptarían esa rotación u otras medidas que condujeran al sostenimiento de las grullas. En realidad, tampoco es justo que ellos soporten las pérdidas que las grullas le causan. Pero la administración no sé yo si está ahora para éstas inversiones de futuro. Digo yo, ¿todos nosotros que tanto las amamos no esaríamos dispuestos a pagar un canon por disfrutarlas?

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