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sábado, 30 de octubre de 2010

Reencuentros


El pasado jueves, transitando los interminables campos de arroz y maíz de la Zona Centro, acompañado de mi buen amigo William, mirando Grullas y otras aves ligadas a estos medios, tuve la suerte de ver una vieja conocida sueca, de las que tengo que remontarme al siglo pasado para rememorar mis primeros contactos con ellas. Los años no han pasado sin dejar huella, no solo en el ave, sino también en las anillas que portaba, las cuales pudimos leer y fotografiar gracias a la proximidad que manteníamos; la combinación individual que porta en la tibia derecha permanecía invariable desde anteriores observaciones (blanco-azul-blanco), pero la combinación del país estaba muy deteriorada ya que presentaba el rojo de la parte alta muy decolorido, y además había perdido la anilla inferior roja(portaba solo rojo-blanco), es normal que esto ocurra debido a que la vida útil de este tipo de anillas ronda los 10 años. Nada más verla, supe que me encontraba frente a una grulla vista previamente y además con profusión, efectivamente cuando llegue a casa, y tras repasar su historial, me emociono el periplo que habíamos llevado juntos a lo largo de la última década.
El ave fue anillada como pollo el 29 de Junio de 1999, en la región de Västergötland, en la zona de Tranemo, concretamente en la localidad de Nittorp, todo ello en la parte centro-sur de Suecia. Aquel mismo año, en fecha 3 de Diciembre, la observe acompañada de sus padres, exactamente en la misma finca y muy cerca del lugar donde nos reencontramos hace un par de días, en aquella invernada tuvimos un par de encuentros más en la misma zona, en una clara actitud territorial del grupo familiar que me resulta muy habitual en las zonas de invernada; en una de aquellas ocasiones vi en ella un comportamiento anormal que me dejo un poco desconcertado y sorprendido pues la muy perezosa estaba tumbada en un rastrojo de maíz, y en esa extraña postura se estuvo alimentando todo el tiempo que la observe. Supuse equivocadamente que estaría enferma y que no volvería a verla.
Por suerte dos años después volví a tenerla frente a mi telescopio, nuevamente en el mismo lugar de la fotografía, y posteriormente los encuentros se fueron haciendo muy habituales a lo largo de 2.002, 2.003 y 2.004, pero en estas ocasiones en zonas diferentes, aunque todas ellas próximas y situadas en el este de la Zona Centro.
Durante el periodo de 2.004 hasta 2.008, invierno este ultimo en que la vuelvo a observar, supe por otros observadores que estaba emparejada, y sospecho que con la responsabilidad de una familia decidió buscar otros lugares más tranquilos para pasar el invierno; probablemente también aquí en la Zona Centro... ¡que los hay!.
En 2.008, al igual que el pasado jueves, la vi ya emparejada, pero sin prole. En ambos casos formando parte de grupos nutridos que se alimentan en las zonas más ricas y con mayor presencia de grullas, desgraciadamente áreas con demasiados cambios, que no auguran continuidad para repetir estos reencuentros.

4 comentarios:

  1. Hola, que historia tan bonita cuentas! Me animo a escribir porque eso que cuentas lo he visto yo, y me agobié mucho porque pensé que la grulla estaba herida, pero no, estuvo más de una hora acostada, como empollando, y al cabo de tanto tiempo se levantó tan tranquila. Lo que sí es cierto es estaba en un gran grupo y muy tranquilas de hecho no se movieron en toda la tarde hasta que llegó la hora de ir a dormir.

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  2. El texto es muy bueno, como la foto.
    Un abrazo

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  3. Hola Manolo, soy José María Benítez. Necesito tu correo electrónico para mandarte unos datos de una grulla que me envió un amigo alemán. Mi correo es pechiazul12@yahoo.es.
    Por cierto, muy buena idea tu blog sobre grullas, ya me he hecho seguidor. A ver si nos vemos este invierno "grulleando".
    Un abrazo
    José María

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