Transcurrido el ecuador de la invernada de
grullas, y sacudiéndome la pereza, desde hace algunos días quería ponerme
delante del ordenador a escribir sobre tan insigne especie y los campos que la
cobijan; el titulo de la entrada me lo proporcionan en bandeja de plata un par
de aves anilladas que he podido ver en los últimos días y que me han traído
recuerdos de la añorada pareja de grullas alemanas que tantos ratos buenos me
proporcionaron, observándolas estos
últimos inviernos, recordad que el año pasado el macho superviviente ya apenas
podía sujetarse sobre sus patas debido a los tumores que tenía en ambas tibias
probablemente producidos por sus anillas. A partir de aquellas últimas citas no
se han tenido más observaciones de este ave, y por su condición física lo más
probable es que falleciese durante el viaje de vuelta al norte. Al menos queda
su prole, que fiel a su cita con la tierra extremeña que les vio pasear junto a
sus padres en temprana juventud, vuelven cada año a recorrer esos campos
heredados. Ya llegan con sus respectivas parejas y seguramente en el futuro
ellos mostraran a sus descendientes las mismas tierras que conocieron.
Descendiente de la familia alemana. En la presente invernada. |
Descendiente de la familia alemana, la presente invernada. |
Familia alemana con los ejemplares anteriores en su primer año. Noviembre 2016 |
Desafortunadamente no corren buenos tiempos para la especie, y esos campos heredados, en los cuales convivían hombres y grullas, cada vez están más cercenados, el olivar intensivo y superintensivo se extiende como una mancha de aceite sobre su territorio de campeo, esta mañana estuve observando la gran extensión de arbolitos que están poniendo en los Bodonales de Acedera (parece ser que alrededor de 700 hectáreas), apenas hace dos inviernos era un hervidero de grullas, pero también en esas dehesas se reproducían Elanios azules, Águilas calzadas, Aguiluchos cenizos, Cigüeñas blancas, Búhos reales…, buscaba alimento el Águila perdicera y la Cigüeña negra entre otras especies; por todo ello, este sector fue declarado Reserva Biológica por parte de Adenex en los años 90. No hubo misericordia y la única dehesa de entidad que se encontraba en la parte central de la Zona Centro quedo cercenada de manera brutal.
Bodonal de Acedera, en enero de 2019 |
La ZEPA de Moheda Alta no corre mejor suerte,
a pesar de estar protegida por normativas europeas, la mancha de aceite sigue su curso hasta
abarcar un alto porcentaje de la misma, como se puede ver en el mapa adjunto,
cada año el color rojo va ganando terreno, y las expectativas a pesar de la
fuerte bajada en los precios de la aceituna son altas por convertir todo en un
monocultivo que al final solo beneficiara a unos pocos.
La Administración mira para otro lado, tras
gastarse mucho dinero público en realizar instalaciones como observatorios de
grullas, alojamientos, centro de interpretación de la especie…, y tener todas
las facilidades del mundo en la puesta en funcionamiento de comederos; su
desidia y desinterés han provocado esta situación, en la que paradójicamente el
sitio menos indicado para ver grullas es donde se situaba su paraíso. En otras
zonas de España y Europa se recuperan lagunas, se preparan comederos, se trata
bien a la especie y sin duda el futuro premiara con creces estos desvelos, aquí
como ocurre con el tren, llegaremos tarde, y en esta ocasión no podremos echar
la culpa a los raíles, porque teníamos los mejores.
En fin, no me quiero explayar en un tema que
para mí es lacerante, tomare el camino de disfrutar de la especie, y haré
algunas apreciaciones sobre aves anilladas que a lo largo del otoño tuve la fortuna
de ir viendo. La grulla alemana de la fotografía es un caso interesante, pues
tras pasar en soledad como veraneante todo el año en tierras extremeñas de la
Siberia, se observo en compañía de sus congéneres en unos concurridos maizales.
Grulla veraneante, observada el pasado otoño. |
Dificultoso resulta el control de las grullas
anilladas en Polonia estos últimos años, con combinaciones alfanuméricas,
también pude ver y fotografiar una de ellas a escasa distancia, su historial es poco menos que desolador,
pues pocas opciones tienen de lectura salvo a corta distancia.
Grulla polaca con anilla alfanumérica. |
Otro caso complicado ocurrió con el ave
anillada de la fotografía, de origen finlandés, que presentaba perdida la
anilla superior izquierda, observándose un color verde cuya combinación era
inexistente, citada previamente en Gallocanta.
También pude controlar un joven macho de
Aguilucho lagunero con marcas alares, en una actitud que suele ser habitual en
la especie: como carroñera, en esta ocasión sobre los restos de una grulla.
Realizadas las averiguaciones pertinentes, se trata de un ave nacida en
Inglaterra, junto a su costa oeste que también ha realizado un importante
esfuerzo migratorio, en este caso seguramente en soledad. Coincide esta cita,
con el inicio en la ocupación de sus territorios habituales de cría de los
laguneros autóctonos de la zona.
Manolo siempre es una alegría saber que sigues brujuleando por esos campos de dios o del demonio. Hay algo que me choca, según los censos que se han hecho, este año han venido más grullas. Si las dehesas andan de cabeza, si los rastrojales se han reducido de una forma apocalíptica...¿dónde se han metido las Damas?
ResponderEliminarAl leer la primera parte de tu escrito me ha entrado una mala leche de campeonato, ya sabes que unos de mis peros a las anillas es que a la larga o la corta le hagan daño en las patas, daño que puede ir desde la molestia a la amputación. Las anillas deben tener el exclusivo fin científico y estar perfectamente puestas por personas avaladas por la ciencia.
Hola Paloma, en esta zona las grullas han estado muy concentradas en rastrojeras de maíz concretas, agrupaciones de notable tamaño. En cuanto han acabado con estos recursos disminuyeron de manera drástica, precisamente porque ya pocas parcelas tienen para ir trashumando en la zona como lo hacían antaño, cuando permanecían en gran cantidad desde el principio al final de la invernada.
ResponderEliminarReferente al tema de las anillas, me consta que en el pasado Congreso de grullas en Francia han puesto sobre la mesa el grave problema que representan de cara a su salud, barajándose alguna opción para minimizar los daños, como aumentar el diámetro de las anillas; en teoría todos los anilladores deben de estar debidamente cualificados para ponerlas, y no creo que sea por una mala praxis.
Por cierto, hace unas semanas estuve por el Azud de Guadiana en Badajoz, dando una vuelta, y tuve la fortuna de ver una nutria desde el puente peatonal que lleva a la Puerta de Palmas, fue interesante observar este animal a pocos metros de un paso incesante de gente.
https://ecologistasextremadura.blogspot.com/2019/02/caza-en-parque-periurbano-moheda-alta.html FOMENTANDO EL TURISMO ORNITOLÓGICO EN TORNO A LA GRULLA
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