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miércoles, 29 de noviembre de 2017

NOTICIARIO. OTOÑO 2017

Primeras llegadas
  Mi primera observación de grullas el presente otoño fue realizada el 17 de octubre, tratándose de 13 ejemplares en las inmediaciones de Vegas Altas. Hasta finales de dicho mes la entrada de aves fue con cuentagotas, produciéndose a primeros de noviembre una oleada importante de la especie sobre la Península Ibérica, y especialmente sobre Extremadura, sumando en el entorno de Navalvillar de Pela-Acedera alrededor de 10.000 en esa primera semana de noviembre.


 Sequia, cambios en dormideros
  Uno de los escasos aspectos positivos que ha traído la brutal sequia que estamos padeciendo, y ante la falta de agua en los arrozales (donde solían dormir estos últimos inviernos), son los movimientos de grullas desde sus zonas de alimentación hacia el embalse de Orellana. Todo un espectáculo ver sus grandes y ruidosas formaciones en dirección a dicho embalse, en ocasiones tras recorrer en vuelo más de 20 kilómetros, en el marco de esos atardeceres rojizos otoñales y frecuentemente mezcladas con formaciones de Gaviotas reidoras, Gaviotas sombrías y Cormoranes. Estampas que nos retrotraen a 20 años atrás, cuando era habitual el paso a dicho embalse desde sus comederos en los regadíos.


Poca comida
  La falta de alimento para la especie, seguramente nos hará ver durante el próximo invierno movimientos no muy habituales en las grullas. Han sido muchísimos los arrozales volteados en los que no queda un ápice de comida, las quemas de rastrojos, los maizales arados tras ser agotados por el ganado, las encinas chamuscadas al amparo de las quemas autorizadas, pastizales sin nacer por falta de agua, siembras tardías que tampoco han nacido en muchos casos. Como botón de muestra respecto a la situación que vivimos la imagen adjunta con un rebaño de ovejas alimentándose de la paja de un arrozal, poco habitual otros años.


Noticias de la familia alemana
  La familia alemana que habitualmente convivía con nosotros en los alrededores de Madrigalejo, y que el invierno pasado nos visito en compañía de 2 jovencitos igualmente anillados, se vio truncada la pasada primavera por el fallecimiento de la hembra en Alemania. Aún así, en su zona habitual de campeo ya contamos de nuevo con el macho, al que pude ver hace alguna semana, acompañado de otra grulla, cojeaba ostensiblemente de una de las patas, y aunque es algo subjetivo, lo note triste, decaído, como sin energías, probablemente añorando tiempos mejores. Igualmente también se ha pasado por la zona en la que paso su primer invierno al menos uno de los jóvenes que tuvieron el año pasado, símbolo inequívoco de que la vida sigue.

La familia en noviembre de 2016

Macho, el pasado martes

Joven de segundo año en su zona de invernada.

Hermanos finlandeses juntos en su segundo año
  El invierno pasado fue observado por José Román un grupo familiar con dos jóvenes finlandeses anillados por la zona de Don Benito. Hace algunos días pude ver a ambos hermanos juntos en su segundo año calendario, rastreando unos arrozales próximos a Acedera. No se trata de un hecho infrecuente, en ocasiones se pueden ver juntos en su segunda invernada, unas veces fuertemente ligados y siguiéndose constantemente como el caso que aquí nos trae, y en otras ocasiones dentro de un mismo grupo pero no tan unidos.


Macho de Aguilucho papialbo en la zona
  Hace unos 20 días pude observar y fotografiar nuevamente un macho de Aguilucho papialbo (Circus macrourus), en esta ocasión en las inmediaciones de Moheda Alta, se encontraba cazando en unas lindes entre arrozales. Por lo que se ve, cada vez es más frecuente la observación de estos aguiluchos en la Península Ibérica, y también en la Zona Centro de Extremadura. Destaca en los machos su característico  dibujo en cuña de la punta de sus alas, que podéis contrastar con la foto aneja de un macho de Aguilucho pálido en  vuelo realizada el mismo día.

Macho de Aguilucho papialbo

Macho de Aguilucho pálido

Grulla leucistica, la princesa blanca
  Igualmente desde hace un par de semanas vengo observando una grulla leucistica casi completamente blanca en los arrozales de la zona. En otras ocasiones he visto grullas de este tipo, pero nunca tan nívea como en este caso, resaltando su aspecto desde gran distancia y aunque mezclada con sus congéneres, llamando la atención como una gran princesa entre las damas de su corte.


Mesas Altas

  Es triste constatar el penoso camino que le queda por vivir a la Dehesa extremeña, en esta ocasión se trata de “Mesas Altas”, una finca situada en el término municipal de Acedera, al lado sur de la nacional 430 frente al cruce de Guadalperales, que ingenuamente pensaba se encontraba a salvo de la vorágine especuladora del olivar intensivo. Al recorrer la zona estos días, me sorprendió un manto blanco que cubría el suelo de la dehesa, no era otra cosa sino los olivos superintensivos plantados en todo el espacio de dicha dehesa. Antaño paraíso de las grullas y los elanios azules, cientos de hectáreas nuevas para el olivar, al lado nuevos cerros adehesados abancalados y listos para recibir los plantones de olivos. Nuestro ecosistema tradicional desaparece en la Zona Centro, a cambio de regadíos intensivos de estos cultivos, y todo ello en un contexto de sequia y falta de agua, toda una contradicción que no sabemos si acabara algún día, nos empeñamos en ir contra corriente y la naturaleza tarde o temprano pondrá las cosas en su sitio.




3 comentarios:

  1. Un placer leerte, felicidades por el trabajo de divulgación que haces. un saludo.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Gracias Abel, me alegro te guste la entrada, siempre es un aliciente para ir mejorando. Un saludo

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