Hace unos años se consideraba al Aguilucho cenizo (Cyrcus pygargus) una especie poco proclive a la filopatría, -fidelidad a regresar y continuar su ciclo biológico en el lugar donde vino al mundo-. Especie con altas tasas de mortalidad juvenil y subadulta, y que aparentemente tenia una notable dispersión tras su primer periplo migratorio.
Tras un esfuerzo importante de marcajes en el ámbito de la Comunidad de Extremadura, y sobre todo tras la implantación de marcajes alares, se han venido recabando cada vez con mayor frecuencia citas de aves que contradicen esa primera hipótesis que tomaba poco en cuenta la filopatría en la especie. Tampoco se puede descartar una actitud diferente, en ese punto, de las poblaciones de Extremadura respecto de otras situadas mas hacia el norte.
Ayer pude comprobarlo nuevamente -previamente ya habia observado algunos casos en esta misma zona-, con el ejemplar macho que aparece en la foto, y que gentilmente se presto al "retrato". Se trataba de un ejemplar marcado como pollo en 2.008 en una colonia situada en el Termino municipal de Esparragosa de Lares (Badajoz), que ayer se encontraba muy querencioso a una zona de siembras...a ESCASOS 300 METROS del lugar que le vio nacer.
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